El Barrio de Vegueta es el núcleo fundacional de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.
En esta parte de la capital de Gran Canaria se encuentran algunos de los edificios históricos más importantes de la ciudad de entre los que destaca la Catedral de Santa Ana. Las obras se iniciaron en 1500 y aunque su exterior es neoclásico (culminado durante el siglo XIX) su interior gótico simula, con sus columnas, los palmerales que cubrieron el barrio antes de la llegada de los conquistadores españoles. Construida a lo largo de cuatro siglos, el interior cuenta con elementos renacentistas, barrocos y, finalmente, neoclásicos. También es destacable el Patio de los Naranjos uno de los escasos claustros de madera que existen en España, la posibilidad de ver el barrio histórico a vista de pájaro desde las torres y el museo de arte sacro.
Frente a la catedral, la Plaza de Santa Ana es uno de los lugares más frecuentado por los habitantes de la ciudad.
En torno a este espacio se agrupan algunos de los edificios más importantes de la capital grancanaria tales como la propia catedral, el Ayuntamiento (justo en frente del templo matriz) o el Archivo Histórico Provincial. Otro de los hitos fundamentales de este espacio urbano es el Palacio Episcopal , un edificio gótico en el que destacan sus tres patios porticados y su fachada de estilo plateresco. En la misma calle, aunque cerca del Ayuntamiento, se encuentra la Casa Regental, un edificio construido en el siglo XVI que presenta una de las portadas renacentistas más interesantes de las islas. Aunque añadidos a principios del siglo XX, los perros de bronce que guardan el acceso principal a la plaza son uno de los símbolos más queridos por parte de los ciudadanos de la capital canaria.
Subiendo por la Calle Castillo, se encuentra la recoleta Plaza del Espíritu Santo con su fotogénica fuente neoclásica y una sencilla Ermita que guarda un bonito artesonado mudéjar. En esta parte del barrio, sobre todo en las calles Castillo y Doctor Chil, se concentran una buena nómina de edificios neoclásicos que acentúan el aspecto señorial del lugar. Muy cerca se localiza el Hospital San Martín, un soberbio edificio neoclásico construido a finales del siglo XVIII que se ha convertido en un activo centro cultural.
Otro punto de interés de la parte alta es la Plaza de Santo Domingo. Además del valor patrimonial de este espacio y las viviendas que lo rodean, cabe destacar la presencia de la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán, un magnífico templo que aúna las características típicas del mudéjar canario e importantes trazas barrocas que se ponen de manifiesto en su espectacular portada de piedra. Su interior, con tres naves, está cubierto por una bóveda de medio cañón ornamentada bajo armadura mudéjar, que queda al descubierto en la sacristía. Uno de los atractivos de esta iglesia, que fue construida en el siglo XVII, es su rica decoración interior realizada en madrea y el retablo barroco de la capilla mayor.
Otra de las visitas ineludibles es el Museo Canario, uno de los mejores museos arqueológicos de Canarias. Situado en una casona canaria levantada a finales del siglo XIX, esta institución privada alberga una interesante exposición permanente dedicada a los primeros pobladores de la isla. A través de sus salas, el visitante puede conocer aspectos de la organización social y económica de los canarios anteriores a la conquista a través de una interesante colección de cerámicas, útiles de madera y piedra y reproducciones de sus casas y poblados. Los espacios dedicados al mundo funerario, con numerosas momias, son impresionantes.
A espaldas de la Catedral se encuentra la Plaza del Pilar Seco. Del conjunto destaca la portada neogótica de la Casa de Colón, un museo que hace un repaso a las estancias del descubridor de América en la isla (En tres de sus cuatro viajes, incluido el primero, pasó por la isla) y el papel que jugó el Archipiélago canario en la colonización del nuevo continente. La colección incluye cartografía, instrumentos navales, una curiosa réplica del camarote de una carabela del siglo XV, modelos a escala de la flotilla que hizo el primer viaje de 1492 y maquetas de la ciudad en diversos momentos de su historia. En la cripta también se exhiben objetos de culturas precolombinas. A escasos metros de la Casa de Colón, se encuentra la Ermita de San Antonio Abad (Plaza de San Antonio Abad). La tradición cuenta que en esta iglesia mudéjar reedificada en el siglo XVIII oró Colón antes de partir a descubrir América. Lo que sí parece claro es que el edificio ocupa el lugar en el que se levantó la capilla del campamento construido por los conquistadores.
Otro conjunto de interés en la zona es la Calle de Los Balcones, que durante los primeros siglos de existencia de la ciudad acogió a algunas de las más acaudaladas familias de la isla. Los edificios históricos de esta calle son una clase magistral de la evolución de la arquitectura en Canariasdesde el siglo XVI hasta el XIX. Abundan los elementos góticos, renacentistas, neoclásicos y mudéjares. Por su calidad y estado de conservación hay que destacar la portada renacentista de la Casa Mendoza (Balcones, 15) y la Casa Móxica (Balcones, 9), que es uno de los mejores ejemplos de Casa Patio de la ciudad. Esta última y el edificio adyacente acogen, en la actualidad, las dependencias del Centro Atlántico de Arte Moderno, un vanguardista centro artístico que suele traer hasta Gran Canaria exposiciones de los más destacados artistas nacionales e internacionales.
Otro hito importante de la banda de mar de este barrio es la Iglesia de San Agustín con su torre de cantería oscura y su portada neoclásica. El templo se construyó en el siglo XVIII y de su interior destaca el atrevido retablo contemporáneo del artista local Luis Arencibia Betancor y la cubierta de madera. El campanario formaba parte del primitivo Monasterio de San Agustín, reconvertido hoy en la Real Audiencia de Canarias y Tribunal Superior de Justicia del Archipiélago. Junto a la iglesia cabe destacar la presencia de otro edificio notable, la Casa Westerling, un magnífico edificio del siglo XVII que hoy es la sede del Colegio Oficial de Abogados de Las Palmas. A parte de su fachada sencilla que recoge los rasgos típicos de la arquitectura tradicional canaria, hay que destacar su patio, al que se puede acceder libremente.
Antes de abandonar Vegueta conviene detenerse en la Iglesia de San Francisco de Borja, una de las mejores muestras de arquitectura barroca de Canarias. Destaca su fachada que, junto con la catedralicia, es uno de los escasos ejemplos de frontis construidos íntegramente con piedra. Las columnas salomónicas presiden una portada con un arco de medio punto ricamente decorado con motivos que se repiten en los arcos del interior del templo y soportan un frontón partido típicamente barroco. De su configuración exterior también hay que resaltar la torre y las gárgolas figurativas que desalojan el agua de su cubierta. El interior responde a los cánones impuestos por la Compañía de Jesús y destacan sus bóvedas de medio cañón, los arcos decorados, su retablo barroco y la magnífica cúpula del crucero decorada con pinturas y rematada con una linterna cilíndrica. Junto a San Francisco de Borja se encuentra el Seminario Conciliar que ofrece todas las características fundamentales de la arquitectura tradicional isleña y numerosos detalles neoclásicos que se ponen de manifiesto en su portada de cantería.