Un pueblo sin atractivo particular, por los menos si va usted en un tour guiado. Lo habitan mayormente lanzaroteños, pero cuenta también con algunos ciudadanos extranjeros.
Tiene un aspecto algo desaliñado, con casas viejas y nuevas que se superponen en una mezcla de estilos, y senderos de gravillas que unen las distintas partes del pueblo. Dignas de mención son las grandes vistas panorámicas a Puerto del Carmen, Arrecife y, si le gustan, al aeropuerto.