Sal gorda.
Harina.
Aceite.
Gofio.
Las morenas se abren y se cortan en trozos medianos, antes de lavarlas en agua del chorro. Se salan, se pasan por harina, y se fríen en abundante aceite muy en su punto, para que la piel grasa del animal se churrusque que de gusto y la carne no nos quede cruda, lo que sucedería si el aceite estuviera excesivamente arrebatado. Una variante consiste en harinarlas con gofio.